PSICOLOGÍA EVOLUTIVA, ADOPCIÓN GAY Y ABORTO
Por Ricardo Puentes Melo
A
propósito de la “orden” que emitió la Corte Constitucional al Congreso
de la República, para que adelantara lo pertinente para los matrimonios
gay y todo lo conexo, incluido su pretendido derecho a adoptar niños,
repasé unos mails cruzados con una educadora y psicóloga, que hablaba
de cómo se adquirían las destrezas y comportamientos.
Las
discusiones sostenidas con esta psicóloga giraban en torno a los
comportamientos políticos amorales de líderes políticos y en cómo
asumimos tales eventos. Mientras yo me he centrado en atacar con dureza
–no lo niego- ciertas actitudes y declaraciones de seguidores
radicalistas de izquierda, mi contertulia ha defendido una actitud más
“filosófica” frente a los hechos, asegurando que todo esto es un
proceso co-evolutivo de aprendizaje.
Siempre
me sorprendí de cómo una madre y abuela –además educada en universidad,
reprobara la barbarie pero, al mismo tiempo, se mostrara tan
comprensiva con los bárbaros autores de esa barbarie. A lo largo del
intercambio epistolar la psicóloga me envió reflexiones tales como “la
naturaleza sabe lo que hace”, “la naturaleza es sabia”, “debemos
dejarnos guiar por la naturaleza”, y otras más que hacían alusión a una
pretendida sabiduría impersonal y misteriosa que conducía los
acontecimientos hacia determinado punto.
No
fue sino hasta que yo le pregunté por qué ella le atribuía a “la
naturaleza” cualidades de persona, es decir, “dirige”, “sabe lo que
hace”, etc., que surgió la verdadera cuestión. De una u otra forma, mi
amiga epistolar estaba colocando cualidades divinas personales en la
naturaleza. Sin embargo, la naturaleza –a pesar de “guiar”,
“ser sabia”, “conducirnos”, no era para ella, una entidad con
personalidad sino una especie de fuerza impersonal que de alguna manera
maneja nuestros destinos con una sabiduría conciente que, empero, no es
consciente.
Antes
que nada, es importante definir lo que es la psicología. La psicología
es el estudio de la conducta y la experiencia; estudia la manera en que
los seres humanos y los animales sienten, piensan, aprenden y conocen para adaptarse al medio que les rodea.
Así
como lo leen: La psicología incluye en su objeto de estudio a los
animales. ¿Por qué? Precisamente porque se parte de la premisa de que
el hombre y el animal son esencialmente lo mismo, algo planteado por
Erasmo Darwin, cuyo nieto, Charles Darwin, se apropió de sus tesis para
escribir El Origen de las especies, texto que ha influido profundamente en todas las ramas del conocimiento humano.
Aunque
los orígenes de la psicología se remontan a la filosofía de la antigua
Grecia, como “ciencia” ésta empieza empíricamente en el siglo XVII con
los trabajos de René Descartes, educado por jesuitas en el
escolasticismo, junto a Thomas Hobbes y Jhon Locke, ambos ingleses y
educados en Oxford, también por curas. Hoy día, todo nuestro sistema
educativo está basado en los estudios de una de las corrientes de la
psicología, “la psicología evolutiva” (o psicología del desarrollo).
¿Por qué es importante esto..?
Porque
nuestros niños están siendo educados siguiendo ciertos patrones
establecidos por la psicología evolutiva y porque tal vez podemos
encontrar allí las razones de muchos de nuestros problemas.
Drogadicción, suicidios, conductas criminales y antisociales,
indiferencia ante el dolor ajeno… Todo ello –digo yo- no es estudiado por la psicología, sino implementado por
ella en nuestra cotidianidad de manera subrepticia, es decir, camuflada
como verdad (sin serlo) en medio de verdades comprobadas.
Podemos
resumir la psicología evolutiva como el estudio de los cambios de la
conducta y su secuencia desde la infancia hasta la vejez. La psicología
evolutiva parte del naturalismo, y asegura que la conducta
humana es el resultado de la interacción entre factores biológicos
(físicos y emocionales) e influencias ambientales (escuela, familia,
religión y cultura). La psicología evolutiva da por hecho que
procedemos de un proceso biológico evolutivo para, a partir de ahí,
explicar la psiquis humana. El naturalismo excluye cualquier creencia
de origen y destino supranatural para la humanidad y asegura que la
realidad es todo lo que se puede comprobar “científicamente”; añadiendo
que por “científico” se entiende todo lo opuesto a una creencia en Dios.
Es tan importante y actual el tema, que el eterno conflicto en Colombia (como en casi todo el mundo) puede rastrear sus
orígenes en esta corriente filosófica –el naturalismo. Cuando escuchamos con horror cómo Carlos Gaviria,
exmagistrado y expresidente del Polo Democrático, defiende el
homicidio, el secuestro y otros crímenes atroces, asegurando que son
justificables si se cometen por ideologías políticas, podemos entender
sus reflexiones si sabemos que Gaviria es un naturalista, un ateo
convencido y, como tal, tanto para él como para la mayoría de
neocomunistas, los valores morales son relativos y la ética no es
dictada por un creador –un ser superior- sino que ésta nace de la vida
en sociedad y se basa en costumbres, inclinaciones o en alguna forma de
utilitarismo.
El
socialismo (incluyendo todas formas –maoismo, marxismo, neocomunismo,
tercera via, etc) al no ser guiado por la creencia en un ser
supranatural (Dios) que es quien dicta las normas de conducta, carece
de una ética y una moral a la cual deban estar obedientes; al
contrario, los socialistas definen lo que es ético y moral a la luz de
su creencia de que estos conceptos están siempre sujetos a cambio.
En
el marco de esta concepción, podemos entender por qué la guerrilla
colombiana utiliza técnicas como el secuestro, el asesinato y las
masacres para lograr sus fines, sin que sientan ningún remordimiento.
No creen que deban dar cuentas a un ser superior y mucho menos que ese
ser superior deba dictarles normas de conducta (ya que no existe,
dicen). De igual manera, podemos entender que Samuel Moreno haya dicho
que él estaría dispuesto a cometer actos inmorales e ilegales si la
situación lo requiere; podemos entender por qué roba el erario sin
mosquearse. También podemos entender cómo terroristas como Petro son
candidatos a cargos públicos sin sonrojarse una pizca por su pasado
criminal por el cual jamás pagó cárcel. Y sabiendo del trabajo
meticuloso de la izquierda en su infiltración en el sistema educativo,
comprendemos también cómo es posible que criminales como él tengan
aceptación en ciertos sectores de la población, fácilmente manipulable.
“El
fin justifica los medios” es la máxima amoral que rige el socialismo.
“El fin justifica los medios”, es la máxima amoral eminentemente
jesuítica que explica su siniestro éxito en donde quiera que su
influencia se ha establecido (Miren la atropellada Urabá en manos del
cura jesuita Giraldo). Esta teoría de la evolución, cuya máxima es “el
fin justifica los medios”, la que ha entrado camuflada en la pedagogía
moderna, en la técnica utilizada para la educación de nuestros hijos y
en las explicaciones de nuestra realidad histórica.
Jean
Piaget, psicólogo suizo, tomó la teoría de la evolución y –a partir de
ahí- desarrolló una corriente a la que denominó “epistemología
genética”, que no es más que el estudio del origen del conocimiento
humano. Los estudios de Piaget han dado origen a trabajos muchísimo más
profundos y complicados, pero la teoría de la evolución darwiniana es
la base de todos ellos.
Las
principales teorías evolutivas (en psicología) son la teoría freudiana
de la personalidad y la de la percepción y cognición de Piaget. Ambas
explican el desarrollo humano en la interactividad de las variables
biológicas y ambientales. Pero no vamos a ahondar en esto.
Gracias
a esta moralidad “relativa” y ética en “cambio constante”, es que
entendemos la álgida disputa en torno a muchas cuestiones como la
medicina, el feminismo o el homosexualismo. Para los evolucionistas,
por ejemplo, el homosexualismo es simplemente una cuestión de
diversidad y gustos mientras que para quienes creen en Dios el asunto
es totalmente inmoral.
La violencia también tiene sus explicaciones evolucionistas.
Dicen los naturalistas que se debe a la relación e interacción entre
factores biológicos y ambientales y que es parte de nuestra naturaleza
animal. La supervivencia del más apto es la ley que aplica en todos los
ámbitos de la cultura humana y excusa las masacres, las intrigas y la
crueldad en este relativismo cultural. Básicamente nos dice que estamos
condenados a ello.
Charles
Darwin, el autor de la hipótesis de “el origen de las especies”, fue un
masón declarado que ridiculizó la existencia de Dios bajo la excusa de
no ser “científico”.
Al
creer en la supervivencia del más apto, se detonaron las guerras más
terribles que ha sufrido la humanidad y se dio rienda suelta al
exterminio bajo el pretexto de estar siguiendo las leyes de la
naturaleza que eludían responsabilidades morales en la desaparición de
millones de seres humanos bajo la premisa de la “selección natural”.
Pueblos enteros fueron eliminados, millones de personas fueron
asesinadas por “selectores naturales” socialistas como Stalin, Mao, Ché
Guevara y Castro, sin que ellos sintieran el más mínimo remordimiento
por ello.
De
igual manera, y desde otro frente de exterminio, las iglesias católica
y protestantes –y ahora el Islam y el sionismo- se autonombraron como
los “justicieros de Dios” y han bendecido e inventado la mayoría de las
guerras y masacres desde el siglo IV. Pero su motivación nunca ha sido
religiosa sino financiera.
Mientras
que el evolucionismo social explica al hombre como solamente un factor
reemplazable e insignificante en la dinámica de cambio, la Biblia (no
hablo de las religiones sino de la Biblia) nos dice que el hombre es
parte importante del plan divino que abarca el universo. Al encontrar
su lugar en ese plan, el hombre alcanza un sentido de dignidad propia,
de logro personal y de respeto por la vida ajena, cosas que hacen que
sus anhelos más profundos sean satisfechos. Dentro de esa perspectiva,
el ser humano no es reemplazable ni resultado del capricho de la
“naturaleza”.
Antes
de continuar con el asunto de cómo nuestra realidad se puede explicar
por la manera en que hemos sido adiestrados para aceptar todo tipo de
desviaciones y crímenes como si esto fuera ineludible, miremos lo que
nos dice Colin Patterson, Ph.D, científico evolucionista de renombre:
“Debemos
primeramente preguntarnos si la teoría de la evolución por medio de la
selección natural es científica o pseudocientífica (metafísica) …
Considerando la primera parte de la teoría que postula que la evolución
ha ocurrido, sugiere que la historia de la vida es un solo proceso de
división y progresión de especies. Este proceso tiene que ser único e
irrepetible, como la historia de Inglaterra. Esta parte de la teoría es
entonces una teoría histórica acerca de eventos únicos, y eventos
únicos no pertenecen, por definición, al ramo de la ciencia, porque no
se repiten y por lo tanto no se pueden verificar por medio de
experimentos”.
Es
notable que estas declaraciones son muy aceptadas en los círculos
científicos y declaran que la teoría de la evolución no es un hecho
sino una hipótesis no comprobada por la ciencia.
Lo
curioso e incomprensible es que, a pesar de ser solamente una hipótesis
y de que la ciencia lo reconozca como tal, esta teoría es al mismo
tiempo una especie de verdad suprema incontrovertible que se enseña a
los niños desde la escuela primaria. La teoría de la evolución es, ni
más ni menos, que una religión cuya diosa misteriosa y a la vez
omnipresente es “la naturaleza”.
La
teoría de la evolución presenta varios problemas muy serios para
cualquier hipótesis que pretenda ser ciencia: No hay evidencias de que
el caldo pre-biótico haya existido y, si se asume que existió, tampoco
hay mecanismos que soporten la evolución química de la vida; no existen
fósiles transitivos, faltan millones de “eslabones perdidos” tanto
animales como vegetales para sustentar la teoría; la evidencia
geológica nos muestra la aparición súbita de las formas de vida tanto
simples como complejas en las capas más profundas de la tierra; nunca
se ha podido comprobar que la materia inerte pueda transformarse en
materia viviente por medio de procesos autónomos ni manipulados, nunca
se ha podido crear vida en un laboratorio.
Esto
nos conduce al hecho de que si la evolución no es probada, todas sus
hijas, incluyendo la psicología evolutiva, carecerían de bases sólidas
y estarían fundando sus explicaciones sobre plataformas inexistentes,
premisas falsas.
Sin
entrar en discusiones acerca de por qué quienes en nombre de Cristo han
cometido las peores barbaries de la historia, podemos afirmar que tal
situación condujo a movimientos intelectuales anticristianos como la
masonería, uno de los poderes centrales que condujo el largo combate
para derrumbar el orden socio-económico que se apoyaba en la religión,
para reemplazarlo por un Nuevo Orden Secular. La masonería se valdría
de diversos mecanismos para ir consolidando su poder gracias a muchas
alianzas anticristianas, entre ellas la infiltración de los jesuitas
quienes se apoderaron de todo el control de las logias masónicas. El
fin último de los masones es abolir todas las disciplinas religiosas y
sociales de la cristiandad para establecer un nuevo sistema basado en
los principios del naturalismo. El fin último de los jesuitas es
consolidar el poder temporal del papa y colocarlo como cabeza religiosa
y política del mundo. Los jesuitas saben que esto solamente es posible
mediante el caos y el derrumbamiento de la moral y del establecimiento.
Cuando las personas se hallan desesperadas, vuelven su mirada a Dios o
su supuesto representante en la tierra. Y cuando eso ocurra, allí
convenientemente, estará el líder religioso. Pero ese es otro tema.
Así que mi amiga apistolar, la psicóloga, me envió un documento titulado: “Educar, asunto de economía, cuestión de vida”,
en donde pasa por alto la vieja discusión por el origen del hombre, y
asume la evolución como un hecho comprobado, incontrovertible. Su
disertación, como todas las disertaciones neocomunistas, se basa en una
premisa falsa, al menos no comprobada.
Visto
como el resultado fortuito de la “naturaleza”, los evolucionistas nos
dicen que el objetivo del ser humano –su razón de vida- es responder
ante la incertidumbre cambiando –no adaptándose- para solucionar y
mejorar esas respuestas ante la “incertidumbre” (lo desconocido). Esto
contrasta radicalmente con la opción bíblica que nos dice que la
respuesta a las incertidumbres, es confiar en Dios y dejar que sea Él
quien guíe nuestro camino.
Dice mi amiga psicóloga en su documento:
“Muerte,
enfermedad, dolor, daño, pérdida, sufrimiento, infelicidad, conflicto,
no son destinos ineludibles, son consecuencia de las elecciones que
hacemos ante las incertidumbres, ante el acontecer diario de la vida.
Reducir su presencia, o como en el caso de la muerte retardarla el
máximo tiempo posible, es un excelente motivo para ser creativos”.
Aunque
bastante atractivo, este concepto no es novedoso ni “científico”; es la
premisa fundamental del movimiento de la Nueva Era.
¿Qué es el Movimiento Nueva Era..?
Es
un conjunto de sistemas de pensamientos metafísicos (seudocientíficos)
influenciados por las filosofías orientales antiquísimas. En el MNE, el
hombre es considerado como un co-creador, como la esperanza de una
futura paz y armonía. Igual que lo hace la psicología evolutiva, el MNE
dice que la muerte, la enfermedad, el dolor, el sufrimiento y demás
conflictos, no son ineludibles sino consecuencia de cómo se actúa y se
piensa. El seguidor del MNE, igual que el evolucionismo (que alimenta
el movimiento NE) pierde el temor ante el castigo de Dios y no cree en
el concepto de pecado. También se burla de la “estrechez de mente” del
cristiano pero, paradójicamente, acepta casi cualquier posición
religiosa.
El MNE defiende el endiosamiento evolutivo y la unidad global.
El
endiosamiento evolutivo es el paso siguiente a la evolución biológica.
Se dice que el ser humano está evolucionando, ahora, de una manera
psicológica y que el siguiente paso es su evolución espiritual. Todo,
enfermedades, dolor, sufrimiento, podrá ser controlado por el hombre….
hasta la muerte podrá ser eliminada. El MNE nos dice que el hombre es
naturalmente bueno en su interior, igual que lo asegura la psicología
evolutiva. También nos dice que es el hombre el que crea su propia
realidad, igual que lo asegura la psicología evolutiva.
Además,
y al igual que la psicología evolutiva, el MNE nos dice que “todo está
relacionado con todo”; y que es la “naturaleza” la que rige las leyes
de la evolución (aunque también se acepta un concepto de un dios
impersonal, que no es otro que la misma naturaleza).
Debido
a que todos somos en la naturaleza, y la naturaleza es en nosotros,
basta con que el ser humano se ponga en sintonía con la naturaleza, que
aprenda a nutrirla y que aprenda a ser nutrido por ella. Psicología
evolutiva. “Todo está relacionado con todo”, dicen psicólogos
evolutivos y seguidores de la Nueva Era.
Dice
nuestra amiga psicóloga evolutiva:“En realidad no sólo hay evolución,
hay coevolución, aprender a aprender para transformarse, transformar a
los, las, demás, lo demás; transformar el territorio y ser
transformados simultáneamente a medida que se va viviendo”.
La
tierra, tanto en la psicología evolutiva, como en el Movimiento Nueva
Era, es considerada un ser vivo, es la misma naturaleza, es la “madre
tierra”, “Gaia”, que debe ser reverenciada y respetada. Llega, incluso,
a ser adorada:
“Un
importante acto creativo humano es saber orientar la conducta hacia la
elección, creación y mantenimiento de satisfactores y bienes que nos
lleven a vivir y realizar las necesidades humanas fundamentales con la
mejor calidad posible para garantizar, hasta donde sea posible, nuestra
independencia de las incertidumbres simultáneamente que contribuimos,
solidariamente, a que todos los demás seres vivos y el Planeta, de quien ya se dice que, también, es un ser vivo, puedan también vivir y realizar sus propias necesidades y cumplir la función por la cual existe, su misión.”
Igual
que la psicología evolutiva, el MNE dice que los seres humanos no somos
ni más ni menos importantes que nuestros “primos”, los animales, las
aves, los peces. Se asegura que debemos vivir en armonía con ellos,
entenderlos y aprender de ellos. Esto último es la base de la
psicología y de otras ramas del saber como la antropología y se opone
frontalmente a las enseñanzas de la Biblia que nos habla de la
superioridad del hombre sobre los animales (Gén. 1:26-27; 2:19). Y de
que Dios le ha dado al hombre la responsabilidad de cuidar la creación
como un buen administrador (Gén. 2:15).
Regresando
al enunciado inicial, de que no hay absolutos morales, tanto la
psicología evolutiva como el Movimiento Nueva Era, apoyan esta premisa.
No hay absolutos morales, dice el MNE y por eso afirma tener una
tolerancia espiritual hacia todos los “sistemas de verdades.” A esto le
llaman “armonización”. ”Recíproca armonía”, o “concepto de armonía” en
palabras de la psicóloga: “Todos, todas, somos fuente de armonía,
todas, todos, todo, somos inmensamente ricos, simple y llanamente
porque podemos crear la riqueza desde nuestro interior, estamos hechos para esto, nos viene por naturaleza. (…) La naturaleza sabe lo que hace. (..) la sabia naturaleza sabe más de conciencia que lo que nosotros y nosotras estamos dispuesta a reconocerle” asegura la educadora psicóloga.
Cuando
se afirma que no hay absolutos morales, (ya que la “madre naturaleza”
no puede tener moral) esto significa que, aunque todas las filosofías,
teologías y comportamientos puedan parecer más o menos contradictorios,
en último análisis la contradicción es sólo aparente porque –dicen- en
el fondo todos enseñan básicamente lo mismo y por lo tanto, son en
principio armonizables. “Todos, todas, somos fuente de armonía”, dice
nuestra querida psicóloga haciendo eco de tales doctrinas..
El
problema que surge de esta afirmación de relativismo moral es que, al
asegurar que no hay absolutos morales, se está haciendo una afirmación
absoluta, y eso plantea un dilema filosófico y epistemológico. Por otro
lado, si la moral es relativa, una construcción animal –como plantea la
psicología evolutiva-, eso querría decir que robar puede ser correcto,
matar y secuestrar, extorsionar o descuartizar podrían ser solo
conceptos relativos, sujetos a varias interpretaciones. Eso es lo que
defienden Carlos Gaviria y todo el Polo Democrático con su postura
frente al delito político. Eso es lo que promulgan el socialismo y la
psicología evolutiva. Eso es relativismo moral.
Y,
de nuevo, ¿cuál es el objetivo del Movimiento Nueva Era y de ciencias,
como la psicología evolutiva, que apuntan al destronamiento de Dios y
al ensalzamiento del hombre..?
El Nuevo Orden Mundial
Un
Nuevo Orden Mundial que, gracias al relativismo moral y a la fusión de
religiones orientales con ciencias occidentales, y religiones
occidentales con ciencias orientales, pronto será posible usando como
una de sus herramientas la educación comunal de los niños, es decir, la
educación pública administrada por el Estado.
Oficialmente
establecida en el mundo Occidental en 1717, la masonería enseñó que su
meta era lograr que, un día no lejano, los comportamientos y valores de
todos los hombres de todas las naciones evolucionarían naturalmente,
hasta el punto en que todas las religiones se fusionarían. Cada
individuo entendería por fin que todos los hombres son hermanos y que
“todo en el universo se relaciona con todo”. Según los masones, este
Nuevo Orden Mundial es inevitable y ocurriría –decían- natural y
pacíficamente.
Sin
embargo, el jesuita judío-alemán Adam Weishaupt, dijo que esto jamás
podría ocurrir de manera natural y pacífica. Weishaupt aseguró que el
cambio debía producirse únicamente mediante la revolución violenta.
Este judío jesuita y sus hombres infiltraron todas las logias
masónicas, incluyendo las que se encontraban en América.
El
gran dilema que se planteó Weishaupt, era cómo lograr un conflicto de
tal magnitud que lograra deponer a todas las formas de gobierno
conocidas para establecer ese Nuevo Orden Mundial. Sobra decir que,
como jesuita, Weishaupt buscaba esto para consolidar este Nuevo Orden
bajo el poder temporal del papa.
La
respuesta le llegó a través de Hegel, un hombre influenciado por el
luteranismo pietista, y quien –no obstante- había estudiado teología en
la Universidad Católica de Tubinga donde, contradictoriamente, se
graduaban los pastores luteranos de Alemania, y donde conoció a
Friedrich Hörderlin quien estudiaba para sacerdote católico. Hegel,
pues, solucionó en 1823 el problema de Weishaupt y quedó allanado el
camino para que Karl Heinrich Marx, un judío alemán cuyo verdadero
nombre era Kissel Mordecay, nacido en Treves, Prusia Renana e hijo de
un abogado judío, diseñara su doctrina comunista a la que le dio el
nombre de socialismo científico, y que ayudó a concretar Vladimir Ilich
Ulianov Lenin, también de ascendencia judía y ambos financiados por
Wall Street cuyos amos siempre han sido los Rockefeller, Carnegie,
Morgan y Rothschild, todos ¡oh extrañas casualidades!, judíos sionistas
y pertenecientes al grupo de los “Doce hombres justos” (G12),
entusiastas patrocinadores de la revolución bolchevique.
Aunque
esto lo podremos tratar en otra ocasión, sólo déjenme decirles que
gracias al trabajo de Weishaupt, Hegel, Marx y otros jesuitas
“iluminados”, se dio forma a esta nueva corriente de pensamiento que
tiene su base ideológica en la negación de Dios y la exaltación del
hombre. Tanto la filosofía de los “iluminados” como del socialismo
tienen idénticos principios que son –también- la plataforma teórica de
la psicología evolutiva:
1. El hombre es inherentemente bueno.
2.
Todos los problemas del hombre son resultado de un mal ambiente que el
ser humano no ha podido cambiar (recuerden que no hay adaptación sino
transformación del entorno). Esto resultó en la matanza de más de 200
millones de personas desde 1917.
3. La razón del hombre es suprema y conducirá irrestrictamente hacia el logro de una utopía terrenal.
4.
El paradisiaco fin justifica cualquier medio necesario para lograrlo,
así este medio sea vil (como hay relativismo moral, no interesa el
medio). Esto tiene relación con la creencia de que el hombre puede
alcanzar la felicidad reestructurando su ambiente. Así, cualquier
acción, incluso la matanza sistemática de personas, el secuestro, la
intriga política o el asesinato de indefensos civiles –incluso niños-,
o la utilización de estos con fines bélicos, todo esto puede
justificarse si se adelanta hacia la noble causa socialista. En eso se
resume el pensamiento de todos los grupos socialistas del mundo,
incluidos el Polo Democrático en Colombia y el Movimiento Socialista
Bolivariano de Venezuela.
Curiosamente, el papa Karol Wojtyla, Juan Pablo II, acusado por muchos de auxliador del comunismo, dijo:La Iglesia católica desea ofrecer a la sociedad su específica contribución en la edificación de un mundo en el que los grandes ideales de libertad, igualdad y fraternidad puedan constituir las bases de la vida en la búsqueda y en la promoción incansable del bien común.
“Libertad,
igualdad y fraternidad”, es ese orden, son los ideales y bandera de la
masonería. El editor y autor católico Piers Compton, escribe sobre los
ideales católicos, que son también los mismos de varios pastores
“evangélicos”:
“El deseo de dominar el mundo, ya sea a través del poder de las armas, la cultura o la religión, es tan viejo como la historia….”
O, como lo expresa César Castellanos Domínguez, líder y dueño de la iglesia Misión Carismática Internacional: “La que Dios nos ha dado es una visión (la visión del Gobierno de los Doce) para alcanzar naciones enteras, para conquistar el mundo para Cristo..”(Liderazgo de éxito a través de los doce, pág. 392)
“Todo
se relaciona con todo” adquiere así una triste realidad: socialismo,
catolicismo, evangélicos, sionistas, ultraderecha, extrema izquierda,
psicología evolutiva, naturalismo, G12… todo está unido, según la
psicología evolutiva
De
cierta manera, la premisa planteada por el evolucionismo y recordada
por nuestra amiga psicóloga y educadora tiene fundamento. “Todo se
relaciona con todo” es una cínica señal de que el proyecto
neosocialista de un Nuevo Orden Mundial está en marcha.
Según Hegel, el conflicto
entre dos fuerzas opuestas (tesis y antítesis) provoca otra fuerza
resultante (la síntesis). El conflicto entre capitalismo (tesis) y
comunismo (antítesis) deberá producir lo que conoceremos como el Nuevo
Orden Mundial (síntesis).
Hacia
allá se orienta buena parte de nuestra historia. Si todo este conflicto
ha sido planificado, eso querría decir que el resultado también estaría
planificado.
Por
eso resulta inquietante –y obvio- que el Polo Democrático, ese
“experimento social”, socialista y “ateo”, tenga entre sus ideólogos a
sacerdotes jesuitas profarianos, como De Roux y Giraldo.
Por
ello resulta inquietante que aparentes enemigos de las FARC –como Juan
Manuel Santos- tengan planes y agenda secretos para reunirse con ellos
a dialogar la manera en que la guerrilla dejaría las armas para entrar
a participar en el gobierno, tal y como hizo el M-19 con César Gaviria
Trujillo, otro neosocialista inmoral, proabortista, homosexual que
sigue, de mano de la izquierda, conduciéndonos a los colombianos hacia
el matadero.
Por
ello resulta aterrador que los organismos que tienen la responsabilidad
de aplicar las leyes y la justicia, estén en manos de beneficiarios de
la mafia, alcahuetas de las FARC e inmorales que no tienen reparo en
emborracharse a costillas de narcotraficantes y matones; aterrador que
la justicia la administren los del Cartel de la Toga, enemigos de
Colombia que suplantan testigos para acusar falsamente a militares y
congresistas, y llevarlos a la cárcel sin importarles la evidencia de
tal aberración y fraude procesal.
Eso
es “psicología evolutiva”: eso significa que sus fines justifican los
medios para conseguirlos, incluida toda la barbarie jurídica.
Estamos a su merced.
Agosto 12 de 2011